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6/4/12

"Yocasta" en el teatro La Mueca


Yocasta, de Héctor Levy-Daniel, es una muy interesante versión libre de Edipo rey de Sófocles. Y una de las razones que hacen que esta propuesta teatral nos atrape de principio a fin, a pesar de conocer de antemano el núcleo dramático/conflicto que llevará adelante la historia, es el protagonismo que el autor le confiere al personaje de Yocasta , al colocarla como eje articulador de distintos espacios y tiempos; ella es quien relata los acontecimientos, ubicándose en algunos momentos como parte de la acción, y en otros como espectadora y narradora de la historia, mostrándonos a partir de sus recuerdos cómo se sucedieron los hechos, desde su punto de vista.

El protagonista de esta tragedia es Edipo, un hombre que escapa de su ciudad natal (Corinto), huyendo del destino que le vaticinó el oráculo (que matará a su padre y se casará con su madre) con la intención de controvertirlo, sin saber que paradójicamente su decisión no hará más que confirmarlo. Edipo llega al poder tras convertirse en rey de Tebas, por ser el único hombre que pudo vencer a la esfinge al responder correctamente a su enigma. Y si bien bajo su reinado, durante mucho tiempo el pueblo disfrutó de gran prosperidad, de pronto las calamidades vuelven a azotar con una furia implacable a los tebanos. Estas circunstancias llevan al rey a consultar al oráculo, quien manifiesta  que los males no cesarán mientras el asesino del anterior rey tebano (Layo) permanezca en la ciudad. A partir de entonces Edipo promete a su pueblo extirpar estos males buscando al victimario; pero inesperadamente las evidencias lo acorralan haciéndolo directamente responsable de tales males. Así es como esta  historia se entreteje a partir de una terrible verdad oculta. Y la soberbia, el autoritarismo y la ambición de poder llevarán a Edipo a  negarse a reconocer la verdad, colocándolo frente a una encrucijada: conservar el poder a costa de ignorar la verdad, o  conocer la verdad a costa de perder el poder. Este es el dilema al que se enfrenta este “hombre del poder”.

En esta versión hay mucho para resaltar. En primer lugar, la centralidad que adquiere el personaje de Yocasta, que en la obra original está poco desarrollado, y que aquí el autor propone hacer foco en el aspecto de la madre que sufre, a quien su esposo Layo arrancó de sus brazos a su hijo recién nacido para matarlo, con la finalidad de evitar que se cumpliera la profecía del oráculo, que vaticinaba que este niño cometería parricidio e incesto. También es para destacar como un verdadero hallazgo la elección de la narración como hilo conductor, a través de la voz y la mirada de Yocasta, porque funciona  como un pivote que le permite al autor ir del presente de la narración al pasado de los acontecimientos, y viceversa, lo cual aportar un gran dinamismo a la trama, contribuyendo al logro de un acertado ritmo dramático.

En cuanto a la escenografía (a cargo -junto al vestuario- de Cecilia Zuvialde), se observa que la obra se desarrolla en un único espacio escénico -que bien podría ser un patio, la explanada del castillo, o cualquier otro lugar- que se caracteriza por presentarse absolutamente despojado: piso de piedras y cinco bancos en el fondo del escenario que circunscriben un espacio en el que se ubican los personajes que se encuentran fuera de escena. Hay un sólo objeto -definido y funcional- que se halla presente siempre: una fuente de agua que se localiza  en el centro del espacio de la representación. Esta fuente se erige como un símbolo; sí, la fuente en esta puesta es el objeto que simboliza el poder, del que sólo bebe Edipo a lo largo de la mayor parte de la pieza; sólo Edipo tiene acceso a ella; y hacia el final, también su cuñado Creonte.  

Otro aspecto que merece un destaque es el vestuario, ya que logra que los personajes, por su vestimenta,  pertenezcan a cualquier época. Y esta atemporalidad manifiesta, pone de relieve la insoslayable vigencia de este drama humano. Y tanto la música de Sergio Vainikoff como el diseño de luces de Ricardo Sicas contribuyen meritoriamente a la creación de acertados climas a lo largo de toda la puesta.

Pero esta pieza  puede desarrollarse en toda su potencialidad porque se sostiene en un desempeño actoral muy sólido de todo el elenco. Jessica Schultz realiza una maravillosa interpretación, dándole cuerpo y vida a una Yocasta intensa, reflexiva, y sensible, que siente alivio al confesarnos sus más profundos y encontrados sentimientos. Pablo Razuk sorprende a través de un Edipo vehemente, muy bien plantado en su rol de tirano enceguecido por su desmedida ambición de poder. Carlos Kaspar, como Creonte, realiza un excelente trabajo interpretativo. Y magistrales son también las representaciones de Abián Vainstein (quien encarna dos papeles: el del ciego adivino Tiresias y el del pastor), y  de Juan Carrasco, quien se pone en la piel del mensajero que traerá a Edipo las buenas y malas noticias.

Yocasta, una propuesta teatral atrapante de principio a fin.

Libro y Dirección: Héctor Levy-Daniel. Escenografía y Vestuario: Cecilia Zuvialde. Diseño de iluminación: Ricardo Sica. Música original: Sergio Vainikoff. Diseño gráfico: Marcelo Farias. Fotografía: Marcela Gabbiani. Asistente de dirección: Florencia Méngoli. Elenco: Jessica Schultz, Pablo Razuk, Carlos Kaspar, Abián Vainstein y Juan Carrasco.


Teatro: La Mueca – Av. Córdoba 5300 – C.A.B.A.
Funciones: Domingos 17 hs.
Entradas: $ 60 (Descuento a estudiantes y jubilados: $ 40)

Reservas: 4777-0825

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