Se trata de una muestra impresionante, compuesta por 250 fotografías documentales que comparten el espacio -en algunos casos en diálogo y en otros en confrontación- con una selección de obras de artes plásticas y algunas video-instalaciones.
Es precisamente en este cruce de imágenes donde, desde la propuesta curatorial, se produce un quiebre en la narración histórica, cronológica y lineal, abriendo un camino hacia diversos ejes de lectura posible. Y es en esta yuxtaposición de materiales heterogéneos -que dialogan y cuestionan la narración fotográfica- en donde se ofrece al espectador la oportunidad de construir otras configuraciones, invitándolo a realizar múltiples re-significaciones, y exhortándolo a que sostenga la soberanía de su mirada.
Uno de los tantos diálogos entre obras de arte y fotografías documentales presentes en la muestra, se manifiesta al observar por un lado, un collage sobredimensionado del artista Felipe Noé (de 1964) titulado “Nuestro Señor de cada día”, en donde se ve una cruz de madera y la carcasa de un televisor que enmarca el rostro del crucificado; y por otro, una fotografía de “Performance” una instalación realizada por Marta Minujín de 1965, en donde se ve una presentación masiva de televisores alineados sintonizando el mismo programa. Esta yuxtaposición en un mismo espacio de una pieza de arte y una fotografía plantean, en este caso, un diálogo que plasma el debate -que llega hasta nuestros días- acerca del lugar que ocupan los medios masivos de comunicación en nuestra sociedad contemporánea.
Si bien la narración histórica organiza y a la vez construye un camino posible para interpretar nuestro pasado, desde el planteo curatorial del montaje, a cargo de Diana Wechsler, al yuxtaponer imágenes y tiempos heterogéneos, se presentan otros modos posibles de relato, en donde cada pieza adquiere su significado en relación con el contexto en el que aparece inmersa.
Estructuralmente la muestra está organizada con eje en el relato fotográfico-documental en el que pueden identificarse tres grandes series que se despliegan en el tiempo: Espacio y modernidad, Imagen de la política y Miradas sobre lo social.
En estos núcleos temáticos conviven la dialéctica de la yuxtaposición y los contrastes, con la creación de ritmos visuales. También es posible observar que la política que operó en la selección y el montaje de las imágenes es claramente la del disenso y la tensión entre lo diverso; pero también la del alumbramiento de analogía inesperadas. De ahí que el choque de imágenes, formas y modalidades expresivas, así como de tiempos y espacios, invitan a pensar en otras configuraciones posibles del presente, transitar otros recorridos y construir otras historias.
En este sentido resulta ilustrativo mencionar sintéticamente la serie de fotografías de actos electorales, ya que de algún modo en esta serie, en su juego de relaciones, parece plasmarse la esencia de la muestra -su espíritu creador- y la forma en que se despliega su estructura. Se trata de cinco fotografías de mesas electorales: En las correspondientes a 1910/11 aparece una mirada democrática, donde el acto eleccionario se muestra con mucha naturalidad (en cuanto a la altura de la cámara, los gestos y la actitud de los retratados). Hay una foto muy interesante de Julieta Lanteri (una feminista que en 1911 intentó votar en una mesa cuando todavía no existía el voto femenino). Luego aparece montada una foto de las elecciones de 1935 en donde es posible captar un clima inquietante del acto eleccionario sospechado de fraude electoral desde el golpe militar de 1930 (la luz elegida, los fuertes contrastes, la altura de la cámara, la actitud de los retratados, y la definición de las sombras que aparecen como presencias amenazantes completa la intensidad dramática de esta escena). Cerrando esta serie de fotografías de actos eleccionarios, aparece una foto de la elección de 1949 que incluyó el voto femenino, en donde se observa nuevamente un clima democrático y la masividad de la concurrencia (en la imagen se muestra la mayoría de las miradas centradas en una mano que introduce el voto en la urna, transmitiendo cierta ansiedad por cumplir con este derecho que hasta entonces había sido negado a las mujeres).
Sin lugar a dudas, en medio de un mundo contemporáneo signado por la sobreabundancia de imágenes, resulta interesante el planteo de esta muestra porque nos invita a quebrar la inercia de la mirada, a repensar nuestra historia con sus luces y sombras, a través de imágenes, como un rompecabezas infinito, abierto, inconcluso. Así, “Imágenes e historia…”, se presenta a nuestros sentidos como un rastro del aroma de otras épocas, de la atmósfera de otros contextos históricos, del aire que respiraron los protagonistas de otros tiempos.
“Imágenes e historia…” nos invita a realizar un recorrido reflexivo y crítico acerca de nuestro pasado, interpelándonos como espectadores competentes a completar el sentido escamoteado, a construir otros mundos posibles y, fundamentalmente, a reivindicar la soberanía de nuestra mirada.
Para agendar:
Lugar: Centro Cultural Recoleta, Junín 1930, Salas Cronopios, J y C.
Fecha: Hasta el 24 de abril de 2011
Horario: De lunes a viernes de 14:00 a 21:00. Sábados, domingos y feriados de 10:00 a 21:00.
Entrada: Gratuita
hoy fui a ver la muestra! estuvo buenisima. linda cobertura
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario!
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